jueves, 17 de marzo de 2016

SOY

¿Quién soy?  ¿Cómo soy?
¿De dónde soy? ¿De qué soy?
¿Cuándo soy y cuándo dejo de ser?

Muchas preguntas y pocas respuestas o aproximaciones de ellas. Respuestas que intentaré plasmar en estas hojas ya que ellas todo lo aguantan, todo lo escuchan y no protestan, no te gritan, ni recriminan. A mi parecer las mejores oyentes, las mejores compañeras, pero no esperes a que te respondan, sólo saca todo lo que llevas dentro y vomítalo en forma de letras, ellas lo soportarán.  Pero no nos desviemos del tema (algo que suelo hacer frecuentemente, pero esa ya es otra historia).

Soy egoísta a mi modo y ya cuando tenía 21 años aprendí (aunque me sea difícil practicarlo hasta hoy) que todas las personas deberían serlo al menos un poquito, sino pregúntate a ti mismo: cómo quieres a los demás si no lo haces contigo, cómo te preocupas por alguien más si no te preocupas por ti. Así que, yo aconsejaría tener algo de egoísmo de vez en cuando.  Pero bueno, no soy nadie para que tomes en cuenta mi consejo, sólo léelo y si te interesa practícalo; sino, deséchalo. Al final, cada quien es dueño de sus propias experiencias, errores y aprendizajes.

Regresando al tema de descubrir quién soy, porque ¡ojo!, no es tarea fácil, eso se logra o al menos se intenta cada segundo, minuto, hora, día, meses, años. Esto se trata de desnudarnos toda la vida para darnos cuenta quién habita debajo del disfraz de piel que nos cubre ante las miradas ajenas y ávidas de verlo y saberlo todo. Tal vez, al trascender este mundo terrenal continuemos descubriéndonos. Ésta se puede decir que es mi tarea, encontrar mi identidad, mi YO.

Yo soy una chica más, una chica especial, complicada, un ser humano más y único como todos ustedes. También soy algo desenfrenada, me gustan tomar los riesgos de esta vida y disfrutarlos (aunque a veces salga perdiendo), amo la adrenalina en su esencia más pura, las emociones fuertes me sacuden, me golpean y me gusta.

Soy estudiante de psicología. Me considero inteligente aunque no saque las mejores notas ( porque para mí un 16 ya es mediocre jaja). Por otro lado, soy ociosa, comodona y de vez en cuando dejo las cosas sin terminar. Así que espero culminar mis objetivos sin más obstáculos, espero que mi ociosidad, mis inevitables impulsos que me bambolean como una hoja al viento y mi fácil aburrimiento por todo no me ganen la partida. Una palabra que ne caracteriza es la ambivalencia, algo descabelladamente frustrante para mí, lo cual ya les contaré más adelante. A veces mi puerta ha sido tocada por el suicidio. Pero aún sigo en pie.

Mi pasión, el baile, mi vida misma, mi motor. Siempre he pensado que soy un instrumento de expresión de mi mundo interior, de mi mundo exterior, de todo y de todos. Ésa es la verdad, el bailar es mi combustible, la droga más rica que he probado y por ende mi más placentera y frustante adicción. Digo frustrante porque no pude estudiar como hubiese querido.

Imagino que se preguntarán por qué no me dediqué a eso entonces, bueno, la respuesta es simple: por esta vida de mierda, este mundo globalizado que se menea al son del dinero. Ese dinero que rige quién come, quién vive y quién muere.  Ya lo sé, el baile no me brindará todas las comodidades que otras carreras convencionales probablemente me darán (al menos eso piensan mis padres). Y bueno, yo me dejé llevar por su corriente. Quizá fui cobarde o tal vez sensata, aún no lo sé, lo estoy averiguando. Era pequeña y mucho más insegura aún para tomar decisiones.

Mientras tanto conservo el baile como mi hobby mientras puedo, mi pequeño tesoro, el cual sueña con ser descubierto y con que le regalen alas para escapar de su escondite y volar lo más alto que pueda para no ser alcanzado. Ahí está, latente, esperando la oportunidad, bailando en verano, alentado por el calor, cada vez que se pueda, sobreviviendo a los prejuicios del exterior que lo reprimen y lo limitan, que me limitan de alguna forma porque yo también se los permito. A pesar de todo, tengo la seguridad de que algún día mi tesoro encontrará sus tan ansiadas alas y volará, volará, tal vez caerá en picada cuando esas alas fallen y seguirá buscando unas nuevas para retomar el vuelo. Sólo estoy segura de una cosa: ese anhelo nunca morirá.

Me considero una rebelde de este mundo, algo excéntrica. En ocasiones siento que nací en el planeta equivocado, pero ya que nací aquí, tendré que tratar de sacarle algo de provecho a mi minúscula vida.

Soy Luna, soy estrella, el mar, la arena y el sol. Soy la Tierra, la Vía Láctea y el cosmos entero. Soy engreída, a veces empática, terca, renegona. Soy bonita dicen aunque a veces me sienta fea, soy inteligente, sentimental. Soy instinto animal,  a veces racional. Soy mujer y hombre al mismo tiempo. Soy bisexual.

Soy apasionada, otras desganada. Soy atea pero me gusta el budismo. Yo soy mi único dios y mi única fe. No confío ni en mi sombra, pero de vez en cuando se me dá por confiar más en el mendigo de la calle que en mis propios padres.

Soy polémica y simple al mismo tiempo. Soy alegre, otras depresiva. Soy amante de todo lo que posea vida, pero a veces deseo autodestruirme. Soy lo que soy, tan simple y compleja, tan particular, tan triste, tan bohemia, tímida y extrovertida cuando me da la gana. Yo elijo quién ser, soy como una actriz con muchos roles. En mí viven miles de personas y yo vivo en ellas. En mí yace todo el mundo y yo retozo en él.
Entre otras cosas, soy juguetona, alocada, enamoradiza. Suelo tener pánico al rechaz aunque diga que me importa un carajo, tengo miedo a que me dejen sola aunque a veces muera por estarlo.


Pocas veces soy paz, soy más huracán, un mar picado. Soy un frágil vidrio de mala calidad y al mismo tiempo fuerte como un chaleco antibalas. A veces muero por vivir y otras, vivo por morir. Así soy yo, vivo al límite. Algunos dirán que estoy loca, algo rayada, la verdad opinen lo que quieran, ya no me importa, muchas veces me dolieron demasiado esas palabras, cada vez un poco menos y uno de estos días me importará nada. Algunos estarán de acuerdo conmigo, muchos en mi contra. ¿Pero saben qué? No me arrepiento de nada. Ésa soy yo, el ying yang, soy todo y a la vez nada.


SATORI

Se preguntarán por qué Satori. Es una palabra japonesa, rescatada del budismo y de sus prácticas de meditación. Satori es catarsis, la eliminación del ego para encontrarnos con nuestro Yo sagrado, es la unión de nuestra mente, alma y cuerpo. Es la unión de todo eso con el universo, el cosmos, con cada uno de ustedes en cualquier parte del globo. Para mí, una palabra muy especial. Su significado me enamoró desde el primer instante y la guardo como un anhelo, el logro que quiero conseguir. Quiero llegar al Satori y todos estos manuscritos son el intento de llegar a él, al clímax de la vida, a la agudización y mezcla de todos mis sentidos como uno solo.

Lo que a continuación leerán, son recopilaciones de una vida al límite. Estas historias, poemas, etc que escribiré como catarsis en este blog salieron y saldrán del fondo de mi corazón, de mi mente, de mi piel, de mi cuerpo, de mi rabia, de mi alegría, de mi impulsividad, de mi odio.

Se trata de mi perspectiva, se trata del mundo a través de mis ojos, de mi modo de descubrirme cada día, pasito a pasito. Es la primera vez que escribo algo así, es la primera vez que me atrevo a mostrárselo a los demás. No espero nada de nadie con esto, sólo pretendo que esto sea mi gran liberación, un paso más hacia adelante para dejar mis demonios atrás y alejarme del bullicioso "¿qué dirán?" de la sociedad.