SOY
¿Quién soy?
¿Cómo soy?
¿De dónde soy? ¿De qué soy?
¿Cuándo soy y cuándo dejo de ser?
Muchas preguntas y pocas
respuestas o aproximaciones de ellas. Respuestas que intentaré plasmar en estas
hojas ya que ellas todo lo aguantan, todo lo escuchan y no protestan, no te
gritan, ni recriminan. A mi parecer las mejores oyentes, las mejores
compañeras, pero no esperes a que te respondan, sólo saca todo lo que llevas
dentro y vomítalo en forma de letras, ellas lo soportarán. Pero no nos desviemos del tema (algo que
suelo hacer frecuentemente, pero esa ya es otra historia).
Soy egoísta a mi modo y ya
cuando tenía 21 años aprendí (aunque me sea difícil practicarlo hasta hoy) que
todas las personas deberían serlo al menos un poquito, sino pregúntate a ti
mismo: cómo quieres a los demás si no lo haces contigo, cómo te preocupas por
alguien más si no te preocupas por ti. Así que, yo aconsejaría tener algo de
egoísmo de vez en cuando. Pero bueno, no
soy nadie para que tomes en cuenta mi consejo, sólo léelo y si te interesa
practícalo; sino, deséchalo. Al final, cada quien es dueño de sus propias
experiencias, errores y aprendizajes.
Regresando al tema de
descubrir quién soy, porque ¡ojo!, no es tarea fácil, eso se logra o al menos
se intenta cada segundo, minuto, hora, día, meses, años. Esto se trata de desnudarnos
toda la vida para darnos cuenta quién habita debajo del disfraz de piel que nos
cubre ante las miradas ajenas y ávidas de verlo y saberlo todo. Tal vez, al
trascender este mundo terrenal continuemos descubriéndonos. Ésta se puede decir
que es mi tarea, encontrar mi identidad, mi YO.
Yo soy una chica más, una
chica especial, complicada, un ser humano más y único como todos ustedes.
También soy algo desenfrenada, me gustan tomar los riesgos de esta vida y
disfrutarlos (aunque a veces salga perdiendo), amo la adrenalina en su esencia
más pura, las emociones fuertes me sacuden, me golpean y me gusta.
Soy estudiante de
psicología. Me considero inteligente aunque no saque las mejores notas ( porque
para mí un 16 ya es mediocre jaja). Por otro lado, soy ociosa, comodona y de
vez en cuando dejo las cosas sin terminar. Así que espero culminar mis
objetivos sin más obstáculos, espero que mi ociosidad, mis inevitables impulsos
que me bambolean como una hoja al viento y mi fácil aburrimiento por todo no me
ganen la partida. Una palabra que ne caracteriza es la ambivalencia, algo
descabelladamente frustrante para mí, lo cual ya les contaré más adelante. A
veces mi puerta ha sido tocada por el suicidio. Pero aún sigo en pie.
Mi pasión, el baile, mi vida
misma, mi motor. Siempre he pensado que soy un instrumento de expresión de mi
mundo interior, de mi mundo exterior, de todo y de todos. Ésa es la verdad, el
bailar es mi combustible, la droga más rica que he probado y por ende mi más
placentera y frustante adicción. Digo frustrante porque no pude estudiar como
hubiese querido.
Imagino que se preguntarán
por qué no me dediqué a eso entonces, bueno, la respuesta es simple: por esta
vida de mierda, este mundo globalizado que se menea al son del dinero. Ese
dinero que rige quién come, quién vive y quién muere. Ya lo sé, el baile no me brindará todas las comodidades
que otras carreras convencionales probablemente me darán (al menos eso piensan
mis padres). Y bueno, yo me dejé llevar por su corriente. Quizá fui cobarde o
tal vez sensata, aún no lo sé, lo estoy averiguando. Era pequeña y mucho más
insegura aún para tomar decisiones.
Mientras tanto conservo el
baile como mi hobby mientras puedo, mi pequeño tesoro, el cual sueña con ser
descubierto y con que le regalen alas para escapar de su escondite y volar lo
más alto que pueda para no ser alcanzado. Ahí está, latente, esperando la
oportunidad, bailando en verano, alentado por el calor, cada vez que se pueda,
sobreviviendo a los prejuicios del exterior que lo reprimen y lo limitan, que
me limitan de alguna forma porque yo también se los permito. A pesar de todo, tengo la
seguridad de que algún día mi tesoro encontrará sus tan ansiadas alas y volará,
volará, tal vez caerá en picada cuando esas alas fallen y seguirá buscando unas
nuevas para retomar el vuelo. Sólo estoy segura de una cosa: ese anhelo nunca
morirá.
Me considero una rebelde
de este mundo, algo excéntrica. En ocasiones siento que nací en el planeta
equivocado, pero ya que nací aquí, tendré que tratar de sacarle algo de
provecho a mi minúscula vida.
Soy Luna, soy estrella, el
mar, la arena y el sol. Soy la Tierra, la Vía Láctea y el cosmos entero. Soy
engreída, a veces empática, terca, renegona. Soy bonita dicen aunque a veces me
sienta fea, soy inteligente, sentimental. Soy instinto animal, a veces racional. Soy mujer y hombre al mismo
tiempo. Soy bisexual.
Soy apasionada, otras
desganada. Soy atea pero me gusta el budismo. Yo soy mi único dios y mi única
fe. No confío ni en mi sombra, pero de vez en cuando se me dá por confiar más
en el mendigo de la calle que en mis propios padres.
Soy polémica y simple al
mismo tiempo. Soy alegre, otras depresiva. Soy amante de todo lo que posea
vida, pero a veces deseo autodestruirme. Soy lo que soy, tan simple y compleja,
tan particular, tan triste, tan bohemia, tímida y extrovertida cuando me da la
gana. Yo elijo quién ser, soy como una actriz con muchos roles. En mí viven
miles de personas y yo vivo en ellas. En mí yace todo el mundo y yo retozo en
él.
Entre otras cosas, soy
juguetona, alocada, enamoradiza. Suelo tener pánico al rechaz aunque diga que
me importa un carajo, tengo miedo a que me dejen sola aunque a veces muera por
estarlo.
Pocas veces soy paz, soy
más huracán, un mar picado. Soy un frágil vidrio de mala calidad y al mismo
tiempo fuerte como un chaleco antibalas. A veces muero por vivir y otras, vivo
por morir. Así soy yo, vivo al límite. Algunos dirán que estoy loca, algo
rayada, la verdad opinen lo que quieran, ya no me importa, muchas veces me
dolieron demasiado esas palabras, cada vez un poco menos y uno de estos días me
importará nada. Algunos estarán de acuerdo conmigo, muchos en mi contra. ¿Pero
saben qué? No me arrepiento de nada. Ésa soy yo, el ying yang, soy todo y a la
vez nada.